Mauricio Macri no necesitó asumir para hacer sentir su peso sobre los gobernadores del Frente para la Victoria en el Congreso de la Nación. Según LPO, hace 15 días estuvo a punto de frustrase una sesión en Diputados, porque los riojanos partieron por orden de su gobernador Luis Beder Herrera. Y ayer a la tarde, el Senado ni siquiera tuvo quórum para tratar dos proyectos reclamados por Cristina Kirchner: la creación de una sociedad de Estado que agrupe Yacimientos Carboníferos de Río Turbio (YCRT) y el aval al decreto que obliga a Mauricio Macri a reponer a la provincias el 15% de la coparticipación que se gira al Anses. La sesión estaba prevista para las 11, con el objetivo de darle tiempo a Cristina para promulgar la ley de YCRT. Pero Pichetto pronto supo que no sería nada fácil reunir a los 37 senadores para empezar. Primero pidió cuarto intermedio hasta las 15.30 y a las 16.30 no aguantó más y entró al recinto. “No hemos podido reunir el quórum”, dijo ante 34 senadores y Amado Boudou, en su última aparición en el Senado. Los tres que faltaron fueron María Fiore de Viñuales (Salta), Salvador Cabral (Misiones) y Sergio Mansilla (Tucumán), una prueba más de que Macri ya aceitó sus mecanismos para llegar a los gobernadores y frenar caprichos del kirchnerismo. En este caso, además del salteño Juan Manuel Urtubey, declarado en rebeldía ante el PJ y el cristinismo; el presidente electo logró la ayuda de dos flamantes mandatarios: Juan Manzur (Tucumán) y Hugo Passalacqua (Misiones). El gobernador saliente de Misiones, Maurice Closs, asumirá como diputado nacional y ya había dado muestras de jugar a dos puntas: su diputado Oscar Redczuk fue otro de los ausentes en la última sesión de Diputados.