U$S 2.500 millones para recuperar Veladero

La llegada de la empresa china Shandong Gold al escenario de la minería argentina, con anuncios de inversión de hasta 2.500 millones de dólares para recuperar las operaciones del proyecto Veladero, en la provincia de San Juan, se produce en momentos en que se cumplen los 45 años de la normalización de relaciones bilaterales, ocurridas durante el gobierno de facto del general Alejandro Agustín Lanusse.
Tras la realización de un seminario sobre «Oportunidades de inversión minera en la República Argentina» se confirmó que la empresa canadiense Barrick Gold se apresta a la recuperación de Veladero, clausurada a fines de marzo, y a encarar otros proyectos en el país asociada a Shandong Gold.

Los 2.500 millones de dólares que proyecta destinar la dupla Barrick Gold-Shandong Gold, anticipan que los chinos podrán convertirse en los los principales nuevos inversores en el área minera, lo que incluye la explotación del yacimiento de hierro de Sierra Grande, en Río Negro, paralizado desde hace algún tiempo a raíz de la importante caída del precio internacional de ese mineral.

El seminario del que participaron el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, y el viceministro chino de Tierras y Recursos, Cao Waixing, permitió confirmar el proyecto de reingeniería de la mina sanjuanina con una inversión inicial prevista de 500 millones de dólares para 2017 y 2018.

China, que en los últimos años avanzó en importantes inversiones fuera de sus fronteras, como en países de África y América Latina, hizo lo propio en la Argentina, con millonarios proyectos con una proyección de 25.000 millones de dólares en obras de infraestructura, sobre todo en el sector energético, como adelantó meses atrás el embajador argentino en ese país, Diego Guelar.

El proceso de acercamiento argentino-chino tuvo su origen hace 45 años, luego de las diferencias que surgieron tras la toma del poder en 1949 por el Partido Comunista Chino liderado por Mao Ze Dong, donde la relación se centró en la actual Taiwán, por entonces China Nacionalista.

Pero el 16 de febrero de 1972 se normalizaron las relaciones del país con la República Popular China mediante un acuerdo firmado en Bucarest por el embajador José María Ruda quién, tiempo después, ocupó la presidencia de la Corte Internacional de Justicia con asiento en La Haya.

Esa normalización se produjo en el marco de un cambio estratégico en materia de política internacional por parte del gobierno de Lanusse, quién en América Latina tejió relaciones con el presidente socialista chileno Salvador Allende y con su par peruano, el general Juan Velasco Alvarado.

Aparte de México, que nunca las interrumpió, Chile, en 1970, había sido el primer país de América Latina en reconocer al gobierno de Fidel Castro y restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, tras lo cual en 1972 hizo lo propio el Perú.

En ese contexto, seguiría la normalización de relaciones por parte de la Argentina, el 28 de marzo de 1973, mediante un acuerdo firmado por el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, brigadier Eduardo Mc Loughlin. Convertida hoy en la principal economía del planeta, las inversiones chinas en la Argentina aparecen también en el contexto de lo reclamado por Aranguren y los gobernadores, como una alternativa para mejorar las relaciones con la población local afectada por los daños ecológicos surgidos a partir de la actuación de la Barrick Gold, ahora acotada a socia del 50% del emprendimiento.

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