La mayoría de los petroleros expresa que el desarrollo de los no convencionales se concretará recién en la próxima década
Aunque YPF destaca el interés internacional por los no convencionales, el resto de las petroleras locales aún tiene dudas sobre cómo explotar los recursos de Vaca Muerta.
Por Nicolás Gandini
Tras el boom mediático que despertó en 2010 la difusión de un estudio de la Agencia de Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), que ubicó a la Argentina como el segundo país con mayores recursos no convencionales de gas del planeta, y luego de tres años de trabajos exploratorios en Vaca Muerta, el principal shale de la cuenca Neuquina, las petroleras enfrentan el desafío de ponderar en términos económicos y tecnológicos la viabilidad real de poner en producción ese tipo de yacimientos.
Se trata de considerar ya no el potencial a futuro de los campos locales de shale gas y shale oil,sino de encarar su desarrollo a gran escala a fin de frenar la declinación de la oferta hidrocarburífera, una tarea que comenzó de manera incipiente. Se instaló que los reservorios no convencionales son la llave para recuperar el autoabastecimiento energético. Ahora bien, ¿están dadas las condiciones comerciales e industriales para transitar ese camino? ¿Existen la infraestructura y la oferta de insumos necesarias para explotar los yacimientos? ¿Desembolsarán las empresas las ingentes inversiones que demanda la puesta en valor de los recursos no convencionales? ¿Cuánto tiempo llevará esa tarea? Ésas son algunas de las preguntas que se debatieron, con lecturas diversas, en la AOG 2013, la mayor exposición petrolera del país, realizada en octubre en La Rural. La presentación en el foro de los máximos directivos del upstream local de hidrocarburos permitió encontrar algunos hipertextos, visiones comunes y diagnósticos enfrentados.
Así, mientras Miguel Galuccio, CEO de YPF, inauguró el evento destacando el interés de los inversores internacionales en Vaca Muerta según lo constatado en un reciente viaje por Londres –participó de un seminario–, Alejandro Bulgheroni, vicepresidente de Pan American Energy (PAE), la segunda petrolera del país, leyó en su presentación que “los trabajos realizados en Vaca Muerta hasta ahora no habrían sido del todo satisfactorios”.
Fue imposible evitar el diálogo entre ambas posiciones. Galuccio, primero, convocando a replicar “la revolución energética de Estados Unidos en la Argentina” a partir del desarrollo de los no convencionales. Y el mayor de los Bulgheroni, un día más tarde, cuestionando “la falta de articulación entre las petroleras para compartir información” inherente a los trabajos realizados en Vaca Muerta.
Puntos grises
El optimismo de Galuccio se explica por su rol en la industria. Al frente de la mayor petrolera del país, ahora bajo control estatal, está obligado a abogar por la inversión en los campos no convencionales. Ésa es, desde su óptica, la única carta que tiene el país para recuperar el autoabastecimiento hidrocarburífero.
YPF invertirá este año cerca de u$s 5.500 millones. Un 80% de esa cifra se destinará al área de Exploración & Producción. Sin embargo, los esfuerzos de la compañía –que aumentó un 60% sus desembolsos en 2013– no resultan suficientes si no son acompañados por el resto del sector.
Según números que circulan en la industria, el desarrollo a gran escala de Vaca Muerta precisa inversiones superiores a los u$s 10.000 millones por año. Sin el apoyo de grandes jugadores como Total, PAE, Chevron, Petrobras, Pluspetrol y Sinopec, que tienen criterios de inversión globalizados, a diferencia de YPF –que está enfocada en el mercado interno–, conseguir ese dinero es prácticamente imposible.
Por eso, la cautela mostrada por Bulgheroni –junto con su hermano Carlos, los principales empresarios locales de la industria petrolera– es todo un signo.
“Enfrentamos dos desafíos. El primero tiene que ver con mejorar la productividad de este tipo de yacimientos. El segundo, con alcanzar costos comparativos con el mundo”, expresó Bulgheroni en La Rural. Y advirtió que “será muy difícil desarrollar de forma rentable los proyectos en la cuenca de arcillas generadoras de Vaca Muerta”. “Para avanzar en una explotación masiva se precisan más operadores a fin de elevar la inversión”, afirmó.
Próxima década
Las declaraciones del vicepresidente de PAE –de cuidado perfil bajo y con llegada a la Casa Rosada– no cayeron bien a los hombres del Gobierno. El secretario de Energía, Daniel Cameron, encargado de cerrar el evento, prefirió no cuestionar en público esas palabras. En cambio, señaló que “la Argentina recuperará el autoabastecimiento energético en 2021 de la mano del desarrollo de Vaca Muerta”.
Para lograrlo, las operadoras radicadas en Neuquén deberán acelerar los plazos de la curva de aprendizaje en Vaca Muerta. Eduardo Eurnekian, titular de Corporación América, controlante de Aeropuertos Argentina 2000, optó por trazar un paralelismo entre el escenario actual de la industria hidrocarburífera con el del sector petrolero durante el segundo gobierno peronista, a mediados del siglo XX.
“No podemos repetir el error que cometimos en el pasado, al pensar que el Estado iba a poder financiar el desarrollo energético. Se necesita conseguir inversiones de entre u$s 17.000 y u$s 25.000 millones”, señaló. A su entender, el aporte de los campos de shale será significativo a mediano y largo plazo, pero hoy lo urgente es desarrollar recursos convencionales.
En esa dirección, manifestó su intención de invertir u$s 500 millones en YPF para “poner en producción áreas ya exploradas” por la petrolera bajo control estatal. En una improvisada reunión con periodistas, Eurnekian sugirió en el encuentro petrolero que le interesaba asociarse con YPF más para desarrollar los recursos convencionales que los no convencionales. Días más tarde, directamente sostuvo: “No me interesa Vaca Muerta”.
En la misma línea, Javier Martínez Álvarez, director general de la subsidiaria de Tenaris, el mayor productor de tubos de acero sin costura para la industria petrolera a nivel mundial, señaló que “estamos convencidos de que el desarrollo de Vaca Muerta se va a dar, pero no sabemos en qué tiempo. Existe la necesidad de brindar un marco de previsibilidad de atracción de capitales que precisa el país”, indicó Martínez Álvarez. ›|‹