A un año de la suspensión del megaproyecto ubicado en Mendoza
La minera brasileña es presidida desde noviembre por Eduardo Santana, en reemplazo de Sergio Freites. Retomará las tareas de Seguridad y Medio Ambiente, que en agosto había delegado a Techint.
Mientras se escuchan algunos rumores en torno al presunto interés de Vale en retomar las obras de construcción de Potasio Río Colorado, suspendidas desde enero de 2013 –versiones que no hacen eco cuando se consulta a la empresa y a funcionarios nacionales y mendocinos–, la minera brasileña decidió cambiar su cúpula directiva en la Argentina.
En reemplazo de Sergio Freites, ex presidente hasta principios de noviembre, Vale nombró a Eduardo Santana, nacido en Brasil, como nuevo titular en la Argentina de la empresa con sede en Río de Janeiro, el mayor productor de hierro del planeta. El ejecutivo estará acompañado por Carlos Avac y Dario Donis.
Los nuevos nombramientos ya fueron informados a la Inspección General de Justicia (IGJ), según pudo chequear El Inversor Energético & Minero.
A su vez, la minera volvió sobre los pasos dados hace apenas cuatro meses y corrió a Techint de las tareas de mantenimiento de las instalaciones construidas en Malargüe, al sur de Mendoza. En agosto, Vale había contratado a la compañía que conduce Paolo Rocca para que se encargara de los trabajos de Seguridad y Medio Ambiente mientras durara la suspensión de Potasio Río Colorado (por el incremento de los costos de la obra, valuada en alrededor de u$s 10.000 millones). Sin embargo, en los primeros días de diciembre, Vale recuperó el control de esa operación.
“Vale cuenta todavía con un equipo de 40 personas, que se harán cargo de las tareas de Seguridad y Medio Ambiente. Al parecer, lo que cobraba Techint les pareció excesivo”, explicó un colaborador directo de Francisco “Paco” Pérez, gobernador de Mendoza. Según trascendió, Techint iba a cobrar alrededor de $ 40 millones los próximos dos años.
“La concesión minera otorgada a Vale continúa vigente y por ahora no corre riesgos de reversión, debido a que la empresa cumplió con el esquema de inversiones aprobado por la gobernación”, agregó.
Desde el Ejecutivo mendocino negaron conocer avances sobre el futuro de Potasio Río Colorado, que el año pasado empleaba, de manera directa e indirecta, a más de 10.000 operarios y apuntalaba el desarrollo de proveedores y Pymes regionales. Vale quiere desprenderse de la totalidad de la megaobra o, al menos, de un porcentaje significativo.
“Sabemos que hubo conversaciones con empresas chinas, canadienses y argentinas, que incluso enviaron a Mendoza para interiorizarse de los detalles del emprendimiento, pero por el momento no hubo grandes avances al respecto”, advirtieron los allegados a Pérez.
El proyecto que no fue
Potasio Río Colorado preveía la explotación de un yacimiento al sur de Malargüe, a fin de producir 4,3 millones de toneladas por año del mineral, utilizado como fertilizante.
Según cálculos de la gobernación, Vale había licitado en Mendoza obras por u$s 1.900 millones, de los cuales ejecutó u$s 1.200 millones.
Cuando dio a conocer la noticia de que suspendía las obras, Vale dejó entrever que buscaba exenciones impositivas para abaratar los costos del proyecto, cuya apertura estaba prevista para 2014.
En el marco de las negociaciones con el Gobierno, Vale pidió ahorro impositivo de u$s 1.000 millones y también poder liquidar las divisas a un valor mayor al actual. Además, indicó que estaba a la búsqueda de nuevas fuentes de financiamiento, dado que la caída del precio internacional del hierro y del potasio obligó a la empresa a reevaluar sus inversiones a nivel mundial.
El proyecto involucraba, además, la construcción de una vía de ferrocarril para transportar el mineral desde Mendoza hasta el puerto de Bahía Blanca. La traza iba a atravesar Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires. ›|‹