A pesar del aumento en la actividad logrado por YPF, la mayor petrolera del país, la producción de petróleo y gas natural de la Argentina se contrajo el año pasado.
Así lo informó la Secretaría de Energía de la Nación a través de su página de Internet, que consignó un descenso de 1,4 por ciento para la producción de crudo en el año en relación con 2013, hasta los 30,88 millones de metros cúbicos, y de 0,5 por ciento en la de gas natural, hasta los 41.483 millones de metros cúbicos.
El mayor suministro de YPF, que pasó en abril de 2012 a ser controlada estatal luego de que el Gobierno expropió la mayoría accionaria de Repsol en la empresa, no logró compensar los menores resultados de otras petroleras del sector.
La compañía que conduce Miguel Galuccio, que viene haciendo inversiones en exploración y explotación, aumentó en 2014 su producción de petróleo 8,85 por ciento, y la de gas, 12,5 por ciento.
La Argentina busca recuperar su autosuficiencia energética a través del desarrollo de Vaca Muerta, una formación que podría albergar una de las mayores reservas de gas y petróleo no convencional.
YPF es la empresa que encabeza las actividades en Vaca Muerta, con inversiones por más de 3500 millones de dólares en asociaciones estratégicas con empresas como Chevron y Petronas.
La petrolera produce unos 33.000 barriles equivalentes de crudo por día en Vaca Muerta, donde opera unos 12.000 kilómetros cuadrados de los 30.000 kilómetros cuadrados de extensión que tiene la formación.
En respuesta la caída del precio internacional del petróleo que pone en peligro los ingresos fiscales por exportaciones, el empleo y la producción local, el Gobierno oficializó el 4 de febrero pasado un programa para incentivar a la actividad.
Según el plan, que regirá hasta el 31 de diciembre y que puede ser prorrogado por otros 12 meses, las empresas que aumenten su producción respecto de los niveles base impuestos por la normativa recibirán hasta 3 dólares por barril de parte del Tesoro nacional.
El Gobierno también ofrece una compensación de hasta 2 dólares por barril a las empresas que exporten el saldo de la producción que no puede ser refinado en el país.
A su vez, el precio que se paga por barril de petróleo en el mercado interno se mantiene en alrededor de 50 por ciento por encima del precio internacional del barril, como parte de la política del país de mantener un precio atractivo para las inversiones.