Será en agosto próximo. Son numerosas las iniciativas que buscan la industrialización del mineral, muy requerido para las renovables y la electromovilidad.
La Argentina tendrá sus primeras celdas de litio industria nacional en agosto próximo, mientras que la primera batería de ion-litio fabricada en el país se entregará a las Fuerza Armadas antes de fin de año.
El litio es muy requerido para las renovables y la electromovilidad porque es un metal alcalino conductor de calor y electricidad y el de mayor capacidad de almacenamiento de energía por unidad de peso. Hoy la tonelada cotiza por encima de los u$s50.000, muy por debajo de los u$s70.000 de fines del año pasado porque China, el gran consumidor de este mineral, redujo los incentivos fiscales para la fabricación de autos eléctricos.
Sin embargo, según datos de la Secretaría de Minería las exportaciones de litio rompieron otro récord en marzo al llegar a u$s 91 M y acumulan u$s 233 en el primer trimestre del año, un 133% más que el anterior. Como reveló Ámbito, esto se explica en parte por leve mejora en los precios del producto local, pero también porque aumentaron las cantidades exportadas en un 23%. Hoy, los dólares del litio ya representan casi un tercio de la actividad minera (27%), aunque la gran apuesta del país es generar más valor a partir de la industrialización.
Hernán Letcher, de YPF Litio, reveló en el Argentina Energy Green Energy Summit que si el carbonato de litio puede industrializarse para la realización de material activo, como cátodo o ánodos, que luego se utilizan en las baterías, el producto podría exportarse “por hasta tres veces su valor”.
La consultora especializada CRU estimó que en 2020 la cadena de valor del litio, desde su extracción a la batería, contabilizó alrededor de u$s30.000M, aunque por las perspectivas de rápido crecimiento se proyectan casi u$s 290.000 M en solo una década. En ese marco, desde Y-TEC e YPF Litio aceleraron los tiempos, aunque siempre aparecen desafíos y dilaciones.
“Todo el mundo habla del carbonato de litio y de inmediato piensa en la batería, pero cuando se mira el proceso para hacer una batería se encuentra con una gran complejidad”, dijo Roberto Salvarezza, titular de Y-TEC, en el mismo foro Argentina Energy Green. En ese sentido, Salvarezza enumeró que son necesarios los salares con recursos probados; tener carbonato de sodio a precio y cantidad accesible para iniciar la producción; pasar el carbonato de litio a material activo, que requiere cobre para el ánodo y el grafito, o aluminio, cobalto o hierro para el cátodo según el tipo de batería que se busca; el ácido fluorhídrico que se obtiene a partir de florita para tener electrolitos y luego las celdas, que son el corazón de las baterías.
La celda constituye la unidad más pequeña y crítica de una batería, que se compone a grandes rasgos de dos polos (cátodo y ánodo), separados por una sustancia conductora (electrolito) y unidos por un circuito externo. Las celdas son utilizadas como bien intermedio del proceso de ensamblado: varias conforman un módulo de baterías que a su vez constituyen packs.
Fuente: Ámbito