La petrolera YPF colocó ayer un bono en el exterior por U$S 1000 millones, adquirido por 300 inversores de diferentes actividades, pero con un dato llamativo: el título fue sobresuscripto cinco veces, es decir, los inversores demandaron a hasta U$S 5000 millones. Este dato refleja un guiño de los mercados a la firma que conduce Miguel Galuccio, sobre todo luego del cierre del conflicto con Repsol y la recuperación del perfil financiero de la compañía. Los bancos colocadores fueron el HSBC, el Itaú, el BBVA y el Morgan Stanley.
«Es el bono más grande emitido por una empresa argentina en toda la historia y será destinado a financiar el ambicioso plan de inversiones», dijo YPF a través de un comunicado, y confirmó que «la emisión se realizó a una tasa de interés fija del 8,75% y por un plazo de diez años». Dicha tasa es menor y el plazo es el doble al del bono internacional que la compañía había realizado en diciembre de 2013.
«Dimos otro paso importante en la estrategia de financiamiento. En 2013, después de 15 años, YPF volvió a emitir en los mercados internacionales, probando que tenemos acceso y generamos confianza. Con esta emisión confirmamos el interés y el respaldo que hoy tiene la compañía», explicó ayer Daniel González, Gerente Financiero de YPF, a Tiempo Argentino.
Mientras en las oficinas de YPF se prepara un bono minorista en pesos para lanzar en los próximos meses con una tasa de 19% más un plus de producción de hasta 5%, la colocación mayorista en dólares allanó el camino para la emisión de nuevos títulos en el extranjero. De hecho, desde que YPF tiene conformación mixta con manejo del Estado, la firma actuó como un importante factor de ingreso de divisas al país, en momentos donde se ponía bajo la lupa el nivel de reservas del Banco Central. Si se observa el detalle, YPF ya ingresó U$S 1240 millones en concepto de la primera parte del acuerdo con Chevron; y U$S 650 millones de la anterior emisión mayorista en dólares, realizada en dos tramos. A esto se le suman los U$S 1000 millones actuales.