YPF debió contentarse con la emisión mínima

La  luna de miel de YPF con el mercado local, y especialmente con los inversores minoristas, pareció comenzar a desvanecerse ayer, aun cuando la petrolera ha mostrado progresos en los últimos meses en su tareas de explotación.

La petrolera debió contentarse con tomar el mínimo de fondos que salió a captar ($ 200 millones ampliables hasta $ 300 millones), al recibir ofertas de compra (6844) por un total que apenas se arrimó a aquella cifra ($ 200,7 millones).

La empresa se había acostumbrado a obtener un vendaval de suscripciones (superaron las 10.000 ofertas en las tres primeras licitaciones), que le permitió terminar captando entre 3 y 6 veces más del mínimo buscado en las cinco subastas previas (de diciembre de 2012 al mismo mes de 2013) a la de ayer.

Pero, por sobre todo, pese a haber elevado en un punto (de 19 a 20% nominal anual) el interés ofrecido y confirmado el plus de un punto extra de tasa «por cada punto porcentual de aumento» que registre su producción de petróleo y gas (lo que podría elevar el rendimiento del nuevo título a 26% anual) y haber estirado en 48 horas el cierre del plazo para recibir órdenes de compra.

En el mercado toman la experiencia como una confirmación de que las expectativas de los inversores minoristas se modificaron radicalmente tras la devaluación de enero. «Antes el ahorrista o pequeño inversor se sentía atraído por la tasa que ofrecía YPF porque era levemente mayor a la de un plazo fijo y porque confiaba en que no iba a haber una devaluación brusca. Pero tras el trauma de enero, las cosas cambiaron», explicó un agente colocador.

En la compañía, razonablemente, optaron por ver la película antes que la foto del día. «Con esta edición, desde su lanzamiento a fines de 2012, el bono YPF recibió $ 1150 millones de más de 62.000 ahorristas», destacó ayer en un comunicado. Pero los agentes colocadores ya le habían hecho saber a la conducción de YPF que repitiendo la apuesta en el contexto actual no se iban a lograr los mismo resultados.

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